Origen:
En Cudham, Inglaterra, junto a la carretera, existe un sendero enlodado, estrecho y bordeado por un seto espinoso que protege la propiedad privada que está al otro lado. Los caminantes que pasan por allí oyen ladridos que llegan de detrás del seto. Se trata de dos perros pequeños, a juzgar por sus voces, pero muy decididos a la hora de dar el toque de alarma. El mensaje dice alta y claramente: «Manténgase a distancia».
Al doblar la esquina descubrirá que el seto se abre hacia un precioso jardín con una entrada y cuya valla está cubierta de flores. Si mira más allá de la puerta frontal verá a los autores de aquellos tenaces ladridos: dos Pinscher Miniatura, uno de color rojo oscuro y el otro negro y fuego. Se mantienen uno junto al otro, con sus cuerpos miniatura tensos para presentar una imagen de mayor ferocidad, mientras le advierten que se mantenga fuera de su jardín. Su talante alerta y orgulloso hacen que uno se olvide de su diminuto tamaño.
De repente, en medio de los ladridos y de todo aquel despliegue de energía, aparece la dueña saliendo de la casa al fondo del jardín, y se dirige a los perros, suave pero firmemente, con un: «¡Basta! ¡Silencio!». Ellos la miran y obedecen, mientras corren a saludarla. La dueña se inclina, los acaricia y sigue hacia la puerta del jardín, en tanto que ellos dan un último ladrido como diciendo: «¡Aquí somos nosotros quienes decimos la última palabra!», y corren nuevamente a apostarse cerca de la entrada.
Mientras usted conversa con la dueña, verá cómo los perros se transforman de fieros guardianes en alegres mascotas, mientras corretean a los pies de su ama. Ella señala al negro y fuego –que resulta ser una hembra– diciendo: «Ésta es Bromley, lleva el mismo nombre del lugar donde nació. Y este otro, mi apuesto diablo rojo, es Midas. Él es el líder del grupo».
Después de un rato de charla, usted se despide de la señora y de sus perros para continuar el paseo. Mientras camina por la carretera, piensa en Bromley y en Midas. No puede menos que admirar su absoluta y obvia autosuficiencia. También admira el amor y el respeto que sienten por su dueña y, por último, le gusta su aspecto. Entonces empieza a pensar que el Pin Min, como se le llama cariñosamente a la raza, pudiera ser un perro perfecto también para usted. Durante largo tiempo ha estado contemplando la posibilidad de adquirir un perro. Y ahora, considerando su estilo de vida, el Pinscher Miniatura parece ser justamente el animal de compañía que ha estado buscando.
Ahora su prioridad es poner manos a la obra y hacer averiguaciones acerca de la raza. Está ansioso por saber más acerca de este resuelto perro que se cree un gigante. Tal vez, muy pronto, tenga usted un Pin Min en casa.
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